Imagen de Allan Teger
El día que no escribí nada, comenzó a suceder de todo en el mundo…
Amanecieron sin cuernos las ganaderías de toros porque todo aquel que pudo fue a cogerlos.
Se cerraron puertas que jamás debieron ser abiertas.
Cientos de miles de caminos fueron hechos al andar.
Entraron toneladas de amores por las ventanas al tiempo que el hambre salía por todas ellas.
Todas y cada una de las manos fueron puestas en el fuego sin resultado crematorio.
Hasta las charcas del lugar atardecieron con millones de ranas criando pelo.
Esto, y mucho más que me contaron, parece ser que transcurrió durante toda aquella jornada en la que se puso el sol por Antequera.
Y yo me lo perdí.
Estaba mirándome el ombligo…
El ombliguismo es el abismo en el que se mira el ignorante y el egoista para buscar sus respuestas a sus desdichas.Si supiera que solo esta viendo un agujero negro lleno de pelusa....... ;)
ResponderEliminarTe perdistes todo un espectaculo, hay quien dice que vio llover osos pandas. Lamentandolo mucho, no paso nada en mi entorno ese dia.
ResponderEliminarA vé pa onde miras!!! jijiji
ResponderEliminarNo aguanto este sindiós...pam! pam!, como para soportar otro...
ResponderEliminarPodría haber sido lo que fue y pudo no ser.
Deica logo
El día que no escribiste nada, sucedió "casi" todo en el mundo. Pudo haber sido un día completo. Lástima que le faltó eso, que tú escribieras. Se notó.
ResponderEliminaruna vez más, me gustaria responder con algo a la altura pero no tengo plabras...preciosa imagen de mundo la que nos enseñas de ese día en el que no escribiste... pero no dejes de escribir!
ResponderEliminar(A mí también me gustaria pescar un delfín en tu ombligo)
ResponderEliminarEl día en que no escribiste el mundo se volvió loco, empezó a hacer todo aquello que nunca sucede y las manecillas del reloj giraron en sentido contrario. Mientras tu ombligo se sentía observado, yo me comía media tableta de chocolate mirando a la nada.
ResponderEliminarQué cosas pasan, verdad?
Bonito paisaje el ombligo... ;-) Bss
ResponderEliminarBueno, pues a mí me gusta cómo escribes, y tengo claro que si dejas de escribir no pasará nada de eso, desgraciadamente. A las ranas les sale pelo cuando encontramos un rinconcito para descansar de todo lo que nos rodea, y ese rinconcito muchas veces se encuentra precisamente entre las palabras.
ResponderEliminarUn beso calvo.
El ombligo es un abismo atrayente... circular y profundo ;))
ResponderEliminarTambién es bueno estar pendiente de uno mismo a veces...
Besos abisales
Me ha gustado mucho, mucho.
ResponderEliminar¡Sigue así!
Un beso :)
Yo voy por un camino, ella por otro;
ResponderEliminarpero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: «¿Por qué callé aquel día?»
Y ella dirá: «¿Por qué no lloré yo?»
(estaba ahí... delante de mi... y no la vi)
Por eso yo lo evito, no me perdonaría perderme una cosa semejante.
ResponderEliminarMe ha fascinado la foto.
Besos sin ombligo.