jueves, 5 de mayo de 2016

Cállame tonto


Ese silencio previo a un beso desordenado. Labios callados tomando contacto. Emoción de la expectativa. Ansiedad apasionada. Nervios desorientados en la punta de latido intenso. E inmenso. Silencio en la punta de las lenguas. Electricidad húmeda. Calambre en el mismísimo centro del ombligo. Hambre. Devorar. Como si llevases siglos muerto de inanición. Apagar la sed con la saliva del otro. Fruta. Fresca. Llena de comisuras imposibles. Dulces. Saladas. Sensuales. Sexo en un beso. Sin más sonido que un cielo mojado abriéndose paso en los infiernos de un paladar desorbitado. Si es un buen beso. No pensarás en nada. Sólo tendrás tiempo a pedir más pedazos de piel. U otro beso mañana. Mañana. Por la mañana. Será viernes. Hace calor. Dejo la barrita de cacao en la mesilla. Huele a vainilla. Sabe a vainilla. Parece vainilla. No es un beso.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario