martes, 6 de mayo de 2014

Estanco

Me sentía tan única compartiendo aquel cigarrito a pie de sabanas contigo después de, que se me paró la vida cuando supe que no era más que otra en tus tardes de liar. Muerta, y calada de ti hasta los huesos, me acerqué al estanco a por otra cajetilla de humo. Amar Mata, ponía. Y yo me negué a leerlo, como todas las otras primeras veces.

9 comentarios:

  1. Perfecto... un texto perfecto... más etiquetas que poner a nuestra vida (además de a las cajetillas)
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La vida está llena. Demasiado. Yo las quitaría todas. :)

      beso

      Eliminar
  2. Pues si mata...pereo tambien te da vida
    Tu relato impresionante
    Un beso

    ResponderEliminar
  3. Incluso te acostumbras a verlo en las cajetillas hasta tal punto que sigues haciéndolo ignorando el mensaje

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay mensajes que no quieren ser leídos, jamás. A pesar de...

      Eliminar
  4. Uysssssss! Si yo te contara cuantas veces lo leí... y en letras enormes....

    En fin... no regrets, volvería a por ese humo mil y un veces.

    ResponderEliminar