martes, 19 de marzo de 2013

Charada


Imagen de Harmony Nicholas

Subí a aquel coche en marcha en el último instante en el que podría haberlo hecho.

Pude haberme matado, aquello ya empezaba a adquirir velocidad.

Cuando fui capaz de sentarme, arremangar mi falda, y  acoplar mis lindas piernas a aquel pequeño asiento, lo  que yo perseguía ya no estaba al alcance de mi vista.

Me incliné hacia delante, acomodé mi palma derecha a modo de visera en mi frente, y señalando con el dedo índice de la izquierda, cual avezada “cristóbala”, le dije al pequeño que tenía a mi lado.
-¡Rápido, allí, ya lo veo! ¡Siga a aquel trineo!!

El crío se precipitó a llorar a berreo en grito mientras estampaba a todo color, un cucurucho de dos sabores entre  mis pechos.
Confusa miré hacia delante, nerviosa miré hacia atrás,  no ví más que un remolino de carruajes  circular a toda velocidad.
 
Y grité, grité. Grité hasta desgañitarme reclamando pura ayuda. Vociferé al corcel de mi derecha, chillé al caballo de mar de mi izquierda.
-¡Deprisa, ahí! ¡Paren a ese trineo!!

Fue entonces cuando un hombre alto, enfundado en un peto azulo me asió del brazo y  quiso sacarme en volandas de aquel cadillac rojo descapotable y brillante.
 
Me zafé como pude, di tres pasos y un traspié, y me así con todas mis fuerzas al camión de bomberos de delante.

-    Déjeme, déjeme. Usted no lo entiende.

-    Pe..pe... pero señorita...

-    ¡No! Tengo que alcanzar ese trineo.  ¿No ve usted que en él va toda mi infancia?
Esta vez su voz fue firme y tajante: 
 
-    Señorita, ¿quiere hacer el favor de bajarse del tiovivo? ¿No ve que está asustando a los niños?

8 comentarios:

  1. Ojala nos hubieramos quedado dando vueltas en aquel maravilloso tiovivo en vez de ir sentados en este vagon esperando que la bruja salga de entre la oscuridad para barrernos con su escoba.Petons!!!!

    ResponderEliminar
  2. Muy bueno, me ha gustado.
    Que paso cuando paro el tiovivo?

    ResponderEliminar
  3. Ese final no me lo esperaba! Genial! Me ha encantado, Dalicia. Sigue escribiendo así, y no te librarás nunca de mi... ¡es una amenaza!
    Un besazo

    ResponderEliminar
  4. :-) Me he reído. Al principio pensé que te habías tomado un tripi, jajaja, pero es genial. Luego pensé en "El mundo de Sofía", que también se le iba la olla al autor con la historia.

    Ha molado! Me haces un sitio en el camión de bomberos?

    Un besito!

    ResponderEliminar
  5. Hay quien no se apea de la niñez... y ni falta que hace porque tiene su punto estupendo :D

    Besos abisales

    ResponderEliminar
  6. Plas, plas, plas...
    me ha hecho viajar a tu lado desde el primer instante, que momentazo, y el peque mandandote un helado encima, ja,ja,a,ja. Dalicia, siempre tendrás una mirada de niña, aunque adulta por experiencias y forma de contar, pero con esos ojillos sorprendidos.

    Cuando hemos dejado de usar los columpios?

    Recuperemos algo más que nuestras infancias, la mirada del niño, incluso del que no fuimos.

    Precioso texto, creo que estas encontrando ese estilo Dalicia y me alegro.


    Abrazos primaverales.

    ResponderEliminar
  7. Jajajajajajajaa, muy bueno, pero el camión de bomberos te ha delatado. :p Muuuuuuuackkkkkkkkkk :)

    ResponderEliminar
  8. jajaja, qué bueno! No me extraña que te resistas, ese hombre está loco. ¿¿¿Bajarse del tiovivo??? Nunca. Que es poner un pie en el suelo y te sale la primera cana. El día que deje de montarme en un columpio cada vez que entro en un parque, me preocuparé.

    Y así de niña a niña... que digo yo que cuándo quedamos???

    Muack y requetemuack.

    ResponderEliminar