Imagen de Julie de Waroquier
Entré corriendo. LLevaba prisa.
Se me quedó enganchada la falda en el torno.
No pude pararme, allí quedó expuesta como pañuelo colorado tendido al sol.
Bajé las escaleras mecánicas al galope, de dos en dos. Además del resuello perdí mi rebeca a rayas.
Allí quedó, atascando la maquinaria como un guiñapo informe.
Descubrí el andén en el mismo instante en el que el tren silbaba para partir.
Salté al vagón de un impulso, al tiempo que se me caía un zapato al cierre de las puertas.
Mientras me alejaba lo ví quedar allí, solitariamente gris.
Cansada, ahogada, sin aliento y sin casi la mitad de la ropa, miré ansiosa y esperanzada, pero no ví ningún asiento libre.
Hasta que una voz grave de mirada azul noqueó mi espalda, mientras me decía con calidez: - Sientese, por favor-
Y así fue, como en apenas una estación, pasé de cenicienta a princesa.
Te regalo otro:
ResponderEliminarSiempre pensé que habría luz al final del túnel. Lo que no podía sospechar era que la parada se llamara "Tribunal"...
Muaksss!
Lo guardaré como oro en paño, aunque su mejor regalo ha sido dejarme unas letrillas. Quiero más!!! ;)
Eliminarbesines
Esa voz, lo único que hizo fue ponerte frente al espejo, :)
ResponderEliminarOooooooooooooooooooooooooh...
EliminarY sin embargo no era yo. Creo.
muas
Me pongo de pie y aplaudo hasta que saco humo de mis manos.Petons!!!
ResponderEliminarRuborizada me deja, caballero...
Eliminarbesicos
Poco más y te multan por escándalo público :D
ResponderEliminarO púbico... recuerde, la falda... :p
EliminarMuas
Que faltos de sonrisas, principes, calidez y humanidad están esos vagones de metro...
ResponderEliminarPare que se ha estendido el virus de lo gris, lo ceniciento, lo madrastrero o que se yo.
Me has sacado una sonrisa como un mundo, gracias.
Bonito relato.
Abrazos
Llenos de gente, vacíos de personas..
EliminarMe alegro! Gracias. :* :*
Creo ya había pasado de Cenicienta a Princesa tras el primer torno
ResponderEliminar:) :) :) :) :)
EliminarLa inquietud de tu personaje aboga a esa lucha que las personas escalan para ser notadas por fin, por esa otra persona por quien mejor te enseñe la tranquilidad del espacio...saludos...un gsuto visitar tu hogar, tu refugio...
ResponderEliminarBienvenido, espero que vuelvas :)
EliminarA veces basta una sonrisa, esos son los mejores días.
ResponderEliminarNo puedo estar más de acuerdo :) :*
Eliminarhay dos teorías romántico-amatorias: las que defienden que necesitas a alguien como tú (y se le reconocería fácil, porque llevaría la ropa hecha jirones o descabalada totalmente) o el complementario (y ése llevaría ropa en una bolsa de deportes que gentilmente te prestaría ahora: "if the shoe fits, and the sweater, and the skirt, and...")
ResponderEliminarMe ha gustado el cuentecillo. Sencillo, bonito. Y la ilustración, guay.
Un beso gordo,
p.d.- quién eres?
soy... soy.. soy Dalicia ;)
EliminarMuas!
Corriendo, corriendo, vas dejando enganchado aquello que te sobra cuando llegas tarde a coger ese importante tren que te ha de llevar a donde ansías. Y vas viendo como aquello que te vestía se queda atrás, superfluo cuando ya no te viste. Y es entonces cuando una voz te recuerda que estás exactamente cómo y dónde debías estar.
ResponderEliminarBellos relato (como no es para menos) de aquella que cuando escribe se desnuda un poquito de aquello que cree que le sobra...
Tu me dejas palabras, las palabras me dejan sonrisas, y yo te las regalo.
Eliminarbss
…Mas se fue desnudando.
ResponderEliminarY yo le sonreía.
Se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.
Y se quitó la túnica,
y apareció desnuda toda…
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!
Muy bonito! gracias, gracias, gracias.
Eliminarhola Licia,
ResponderEliminarhas comenzado con mucho empuje este blog. siento decirte que hoy no me pude anexar como seguidora. Es un problema de blogger que no me da la conexión. Pero lo intentaré en otra ocasión. Prometido
un abrazo^^
No pasa nada, espero que en la próxima visita te deje. Me encanta tenerte por aquí.
Eliminarbss
Uno siempre tiene tiempo cuando se lo propone... aquí estoy.
ResponderEliminarMe gustó este relato, creo que es muy femenino, después de que lo terminé de leer pensaba que a un hombre jamás le sucedería eso, me refiero a que los hombres, frente a una contingencia o desgracia del Destino, somos porfiados en sentirnos mal, nunca permitimos que nos conviertan de sapo en príncipes. Autosuficiencia, machismos, tozudez... no sé, pero es así. En términos generales, claro está.
Un abrazo.
HD
Gracias mil!!! Y re-bienvenido!
EliminarMe ha encantado... Besos!!!
ResponderEliminargracias!!!
Eliminarbienvenida a mi madriguera. :)
Súbitamente una voz cambia el sentido de un tren. Y todo lo que era destino y estación, es ahora encuentro y mar. Todo infinito comienza con una gentileza.
ResponderEliminarmi beso.