miércoles, 27 de febrero de 2013

Atención, estación en curva. Tenga cuidado de no introducir su calabaza entre coche y andén.


Imagen de Julie de Waroquier


Entré corriendo. LLevaba prisa.

Se me quedó enganchada la falda en el torno.
No pude pararme, allí quedó expuesta como pañuelo colorado tendido al sol.

Bajé las escaleras mecánicas al galope, de dos en dos. Además del resuello perdí mi rebeca a rayas.
Allí quedó, atascando la maquinaria como un guiñapo informe.

Descubrí el andén en el mismo instante en el que el tren silbaba para partir. 

Salté al vagón de un impulso, al tiempo que se me caía un zapato al cierre de las puertas.
Mientras me alejaba lo ví quedar allí, solitariamente gris.

Cansada, ahogada, sin aliento y sin casi la mitad de la ropa, miré ansiosa y esperanzada, pero no ví ningún asiento libre.

Hasta que una voz grave de mirada azul noqueó mi espalda, mientras me decía con calidez: - Sientese, por favor-

Y así fue, como en apenas una estación, pasé de cenicienta a princesa.

29 comentarios:

  1. Te regalo otro:

    Siempre pensé que habría luz al final del túnel. Lo que no podía sospechar era que la parada se llamara "Tribunal"...

    Muaksss!

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    1. Lo guardaré como oro en paño, aunque su mejor regalo ha sido dejarme unas letrillas. Quiero más!!! ;)


      besines

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  2. Esa voz, lo único que hizo fue ponerte frente al espejo, :)

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    1. Oooooooooooooooooooooooooh...

      Y sin embargo no era yo. Creo.

      muas

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  3. Me pongo de pie y aplaudo hasta que saco humo de mis manos.Petons!!!

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  4. Poco más y te multan por escándalo público :D

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  5. Que faltos de sonrisas, principes, calidez y humanidad están esos vagones de metro...
    Pare que se ha estendido el virus de lo gris, lo ceniciento, lo madrastrero o que se yo.
    Me has sacado una sonrisa como un mundo, gracias.

    Bonito relato.

    Abrazos

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    1. Llenos de gente, vacíos de personas..

      Me alegro! Gracias. :* :*

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  6. Creo ya había pasado de Cenicienta a Princesa tras el primer torno

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  7. La inquietud de tu personaje aboga a esa lucha que las personas escalan para ser notadas por fin, por esa otra persona por quien mejor te enseñe la tranquilidad del espacio...saludos...un gsuto visitar tu hogar, tu refugio...

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  8. A veces basta una sonrisa, esos son los mejores días.

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  9. hay dos teorías romántico-amatorias: las que defienden que necesitas a alguien como tú (y se le reconocería fácil, porque llevaría la ropa hecha jirones o descabalada totalmente) o el complementario (y ése llevaría ropa en una bolsa de deportes que gentilmente te prestaría ahora: "if the shoe fits, and the sweater, and the skirt, and...")
    Me ha gustado el cuentecillo. Sencillo, bonito. Y la ilustración, guay.
    Un beso gordo,
    p.d.- quién eres?

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  10. Corriendo, corriendo, vas dejando enganchado aquello que te sobra cuando llegas tarde a coger ese importante tren que te ha de llevar a donde ansías. Y vas viendo como aquello que te vestía se queda atrás, superfluo cuando ya no te viste. Y es entonces cuando una voz te recuerda que estás exactamente cómo y dónde debías estar.
    Bellos relato (como no es para menos) de aquella que cuando escribe se desnuda un poquito de aquello que cree que le sobra...

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    1. Tu me dejas palabras, las palabras me dejan sonrisas, y yo te las regalo.

      bss

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  11. …Mas se fue desnudando.
    Y yo le sonreía.

    Se quedó con la túnica
    de su inocencia antigua.
    Creí de nuevo en ella.

    Y se quitó la túnica,
    y apareció desnuda toda…
    ¡Oh pasión de mi vida, poesía
    desnuda, mía para siempre!

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  12. hola Licia,
    has comenzado con mucho empuje este blog. siento decirte que hoy no me pude anexar como seguidora. Es un problema de blogger que no me da la conexión. Pero lo intentaré en otra ocasión. Prometido

    un abrazo^^

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    1. No pasa nada, espero que en la próxima visita te deje. Me encanta tenerte por aquí.

      bss

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  13. Uno siempre tiene tiempo cuando se lo propone... aquí estoy.

    Me gustó este relato, creo que es muy femenino, después de que lo terminé de leer pensaba que a un hombre jamás le sucedería eso, me refiero a que los hombres, frente a una contingencia o desgracia del Destino, somos porfiados en sentirnos mal, nunca permitimos que nos conviertan de sapo en príncipes. Autosuficiencia, machismos, tozudez... no sé, pero es así. En términos generales, claro está.
    Un abrazo.
    HD

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  14. Súbitamente una voz cambia el sentido de un tren. Y todo lo que era destino y estación, es ahora encuentro y mar. Todo infinito comienza con una gentileza.

    mi beso.

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