Cogí todo el impulso que me cupo en el meñique. Corrí más que el viento. Me desnudé a piel libre sobre el borde.
Y por fin, con los ojos bien abiertos... salté al vacío sin más red que mis ganas de volar.
Me gusta mucho el impulso del meñique, pero no me fiaría demasiado de la resistencia al aire de un paraguas... casi lo dejaría para taparme de los escupitajos que nos caen cada día.
Be water, decía un chino. O un amarillo de ojos achinados.
Y es que, a veces, sólo hay que desearlo con mucha intensidad. Bienvenida al mundo, Dalicia resucitada
ResponderEliminarDesearlo a veces no es suficiente, ojalá así fuese
EliminarLlegó poco a poco. A reencontraeme conmigo, con vosotros, con wl Mundi
Muaaaas
¿ves? de tu última entrada a esta hay un abismo juas :P
ResponderEliminarPero... me alegro tanto de leerte ;D
Besos abisales
Abismos... hay tantos. Mejor saltarlos
EliminarGracias. Estoy llegando
Besitos
¡Qué rico sabe el pan!
ResponderEliminarViene del pueblo. Todo natural
EliminarYo prefiero llevar paracaidas por si acaso,jeje.Petons!!!!
ResponderEliminarNo te olvides de tirar de la cuerda, pues ;-)Bss
EliminarBienvenida de vuelta! Me gusta esa idea de volar...
ResponderEliminarEs una vuelta sin prisa pero sin pausa
EliminarYo si no vuelo me muero!
Beeeso
Me gusta mucho el impulso del meñique, pero no me fiaría demasiado de la resistencia al aire de un paraguas... casi lo dejaría para taparme de los escupitajos que nos caen cada día.
ResponderEliminarBe water, decía un chino. O un amarillo de ojos achinados.
Un besito.
El meñique siempre es sorprendente, como too lo pequeño.
EliminarLas fuerzas más inimaginables salen de las fragilidades más quebradizas.
Agua.. aire ¡ inmejorable combinación!
Bicos.