sábado, 25 de mayo de 2013

Haciendome trajes, desvistiendo frases...

Imagen de Allan Teger

El día que no escribí nada, comenzó a suceder de todo en el mundo…

Amanecieron sin cuernos las ganaderías de toros porque todo aquel que pudo fue a cogerlos.

Se cerraron puertas que jamás debieron ser abiertas.

Cientos de miles  de caminos fueron hechos al andar.

Entraron toneladas de amores por las ventanas al tiempo que el hambre salía por todas ellas.

Todas y cada una de las manos fueron puestas en el fuego sin resultado crematorio.

Hasta las charcas del lugar atardecieron con millones de ranas criando pelo.

Esto, y mucho más que me contaron, parece ser que transcurrió  durante toda aquella jornada en la que se puso  el sol por Antequera.

Y yo me lo perdí.

Estaba mirándome el ombligo…

14 comentarios:

  1. El ombliguismo es el abismo en el que se mira el ignorante y el egoista para buscar sus respuestas a sus desdichas.Si supiera que solo esta viendo un agujero negro lleno de pelusa....... ;)

    ResponderEliminar
  2. Te perdistes todo un espectaculo, hay quien dice que vio llover osos pandas. Lamentandolo mucho, no paso nada en mi entorno ese dia.

    ResponderEliminar
  3. No aguanto este sindiós...pam! pam!, como para soportar otro...
    Podría haber sido lo que fue y pudo no ser.
    Deica logo

    ResponderEliminar
  4. El día que no escribiste nada, sucedió "casi" todo en el mundo. Pudo haber sido un día completo. Lástima que le faltó eso, que tú escribieras. Se notó.

    ResponderEliminar
  5. una vez más, me gustaria responder con algo a la altura pero no tengo plabras...preciosa imagen de mundo la que nos enseñas de ese día en el que no escribiste... pero no dejes de escribir!

    ResponderEliminar
  6. (A mí también me gustaria pescar un delfín en tu ombligo)

    ResponderEliminar
  7. El día en que no escribiste el mundo se volvió loco, empezó a hacer todo aquello que nunca sucede y las manecillas del reloj giraron en sentido contrario. Mientras tu ombligo se sentía observado, yo me comía media tableta de chocolate mirando a la nada.
    Qué cosas pasan, verdad?

    ResponderEliminar
  8. Bueno, pues a mí me gusta cómo escribes, y tengo claro que si dejas de escribir no pasará nada de eso, desgraciadamente. A las ranas les sale pelo cuando encontramos un rinconcito para descansar de todo lo que nos rodea, y ese rinconcito muchas veces se encuentra precisamente entre las palabras.

    Un beso calvo.

    ResponderEliminar
  9. El ombligo es un abismo atrayente... circular y profundo ;))
    También es bueno estar pendiente de uno mismo a veces...

    Besos abisales

    ResponderEliminar
  10. Me ha gustado mucho, mucho.
    ¡Sigue así!

    Un beso :)

    ResponderEliminar
  11. Yo voy por un camino, ella por otro;
    pero al pensar en nuestro mutuo amor,
    yo digo aún: «¿Por qué callé aquel día?»
    Y ella dirá: «¿Por qué no lloré yo?»

    (estaba ahí... delante de mi... y no la vi)

    ResponderEliminar
  12. Por eso yo lo evito, no me perdonaría perderme una cosa semejante.
    Me ha fascinado la foto.
    Besos sin ombligo.

    ResponderEliminar