lunes, 15 de abril de 2013

Es uno, es dos, estrés... y volvemos a empezar.

Imagen de Michael Vincent Manalo


Cuanto más leo, menos escribo.

Y se me pasan las horas llenando mi pupilas de viajes con letras.

Y se me pasan los días colmando el  teclado de polvo sin dedos.

Cuanto menos escribo, más nerviosa me pongo

La pasión me pide escritura, y mi reloj de arena sin tiempo me regala lectura.

La lectura se me apasiona a trompicones en la garganta, la escritura engaña al reloj y me dice que mañana.

Hoy es mañana, mañana ya es hoy. No sé en que día vivo. Pero la semana vuelve a escapárseme entre los quicios de las uñas, y me envuelve repentinamente una taquicardia interior.

Mis ojos no trabajan  lo bastante  deprisa, mi cabeza no encuentra la salida hacia la pluma entre mis manos.

Estoy agotada. Agotada de nada.

De querer abarcar de un bocado el mundo en este abrazo.

De querer matar los segundos que  me entretuve en tirar a la basura.

Me laten dentro las ganas atrasadas, y se me ahogan las prisas anudándoseme a la traquea.

Me falta el aire, me falta el tiempo que me sobra, me faltan los días interminables de la infancia, y me falta 
todo…

… y me sobro yo.

14 comentarios:

  1. Tú nunca sobras,y tus relatos menos.Sobran las mentiras y las palabras prostituidas.Una frase tuya es una bendición que te lleva al interior de la mente,al agujero de la madriguera del que muchas veces no tenemos ganas de salir........Besitos!!!

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  2. Preciosa exposición, y fatal desenlace. ¿No te das cuenta de que eres tú la que conforma todo?. Entre otras cosas, soy fotógrafo, y a veces fotografío, y muchas veces, veo fotografías. Y aprendo, fotografiando, y aprendo, viendo. Ambas cosas van juntas. Date tiempo, date todo el tiempo, y sigue tus impulsos. De leer, aprenderás lo que te hará mejor escritora. Cualquier escritor es un lector impenitente. Despreocúpate, hazme caso. O, si t epreocupas, expón, como hoy, tus preocupaciones. Es un deleite leerlas. Pero no te apresures en las conclusiones. Un beso y un abrazo.

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  3. Si te sobras tú, dámelo a mí, que te echo de menos ;-) Muaksss

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  4. Si te sobras tú ya no te digo lo demás...
    Eres más contradictoria que yo, que ya es decir! :P

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  5. Te entiendo bien. Pero si no estás en ti ¿dónde si no? Nunca sobras, siempre faltas. Sé que siempre te lo digo, pero me parece que escribes bien bonito. Biquiños.

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  6. Pues no creo que sobres... eso es evidente...
    Todos vamos así, parecido,pero también es cierto que escribes de maravilla gracias a todas las temporadas de lectura (y para muestra re-léete hoy)

    Besos abisales

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  7. escuatro... un momento en que me sobra todo y me (hace) falta yo

    Un beso quedo

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  8. Conozco esos pensamientos... creo que alguna vez han pasado por esta cabeza, aunque nunca han salido a la palabra tan bien expresados.

    Salud!

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  9. Acojo tus palabras, y las siento, casi como mías, y todo esto porque dices al final lo de me sobro yo, porque se que te refieres al ego, al ruido de la cabeza, a todo lo que no eres, pero cres ser.
    Así me siento últimamente, pero eso también pasará, ya somos, no hay que buscar más allá.

    Sabes que a cada entrada me sorprendes, desde la primera vez por aquellos otros mundos voladores, nunca sé que es lo siguiente que voy a leer, escribes como vives.

    Abrazos

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  10. Si, supongo que es lo mismo que me pasa a mi pero con una dosis infinita de poesía. Todo pasa...

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  11. No creas, Dalicia, que cuando uno no se sienta en el teclado no está escribiendo. A veces leyendo uno escribe futuras historias entre los pliegues del cerebro que esperan, agazapadas entre las líneas de un buen libro a que se completen los antes, los ahora y el después inherentes a la misma. Y tú tienes mucho que contar; sólo cuando desvías la mirada del foco te saltan las palabras como gazapos juguetones.

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  12. Tus palabras finales son perfectas. Perfectas. Yo también echo de menos los tiempos perdidos y me agobia pensar en ellos y a la vez perder el tiempo pensando en ellos. El pez que se muerde la cola debería ser herbívoro.

    Un besito.

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