Fotografía de Alexey Kazantsev
Gabriela posa
en el quicio del espejo
en la jamba de la puerta
en la esquina de la alfombra.
en el quicio del espejo
en la jamba de la puerta
en la esquina de la alfombra.
Gabriela posa, se mira mimosa
Luego extiende su mano y la posa.
Delinea sus labios
Da forma a su pecho
Adivina su vientre
y conquista sus labios, aquellos, los otros
Gabriela posa,
tranquila , nerviosa
Salvaje y melindrosa.
Gabriela posa,
Se repasa entre suspiros
y ella sola se desposa.
Gabriela posa,
Se doma y se equilibra,
Se deja escapar y se desquicia,
Se sobrepasa a sí misma
Y cae rendida.
Gabriela ya no posa.
Ella, su mano y su sonrisa, reposan.
Jo, qué bueno
ResponderEliminarVengo de hacer un curso de microrrelatos eróticos y estoy... como te diría, sensible :)
Me gusta mucho mucho!
Un abrazo
Musicalidad que desborda rimada sensualidad en cada poro de las frases, en cada rincón recóndito de la cara oculta de las palabras.
ResponderEliminarLectura tras lectura, las palabras van ganando terreno hasta convertirse en un relato tan bello como la sonrisa de la autodesposada Gabriela.
ResponderEliminarTodos somos Gabriela de vez en cuando y nos gusta posar...y reposar...Petons!!!
ResponderEliminarAy niña... fíjate que últimamente no necesito degustar estos placeres reflexivos, pues estoy inmersa en una historia recíproca, tan rica, que me tiene olvidada la caricia solitaria. ¡¡Suerte que tiene una,jijijiji!! Besossssssssssssssssss, muaaaaaaaaaaa!!!
ResponderEliminarY esta sale en el cuento??? Creo que tenemos la misma planta en el balcón jajajaj, ;P Muak!!
ResponderEliminarY los obreros que trabajan justo en la construcción de enfrente vitorean de forma ensordecedora mientras no pueden parar de aplaudir.
ResponderEliminarGabriela la osada.
ResponderEliminarSe me pone una Gabriela como la de la foto delante de la ventana y en vez de mirar al cielo, bajo el telescopio.
ResponderEliminarQué bueno niña, lo has bordado.
ResponderEliminarSabes qué? Me voy a gabrielear un rato. Shhhh, ahora vuelvo...
;p