Ayer encontré una víscera en el cajón de los zapatos. Sin anudar. Los cordones los llevaba yo en el cuello. Me los puse. Ahora tengo un mocasín en el pecho y una bailarina en la pelvis. Camino de puntas sobre el corazón y el hígado. A mi espalda un reguero de sangre. Como cada vez que me muero cuando me matas.
En lugar de morir y dejarte matar de nuevo, mañana deberías intentar ser tú la asesina y ser tú quien contemple la sangre ajena...seguro descubrirías que tienes un cajón vacío donde llenarlo de entrañas que no te pertenecen.
ResponderEliminarDeja esa viscera reseca, hasta que pase tanto tiempo que le de verguenza matarte, entonces la puedes sacar de nuevo del cajón y suplicarle tu atención con lo que más temerá
ResponderEliminar- O me matas de nuevo o le hago una foto y las subo a tu facegó.
Kisssss y Kissssss