lunes, 28 de marzo de 2016

Tetas


Son artículo de lujo las tetas, hoy día. 


A cuarto y mitad de denuncia el gramo. El pezón vale más y cuesta el doble. Cuesta aproximadamente quedarte sin la cuenta en el mercao. Sí, ése donde sólo hay ganao. Bovino, mayormente. Con lo bonitos que son los pechos. Con lo preciosas que son mis tetas. Cualquier día las subo y rompo la baraja a órdagos llenos de senos más llenos, aún. A esta edad, turgentes, suaves y firmes como los de una veinteañera con curvas. ¿ Quien da más? 

O menos. Son carne, en una red de pescar, cebos unos de otros, cebados de ego, tocándose el miembro de forma satisfactoria con el pulgar inhiesto, hasta que llegan ellos, ellas, los pechos, las tetas. Alguien se derrumba y entierra la cabeza. Clama a dios, al cielo a los santos, y se venga. ¡ Venga! Te quita la red, la caña y algún que otro aparejo. Si algún día muestro un coño veo mis tetas colgadas del anzuelo. Sádicos de bar, de sofá, de opinión de pantalla. Mano en polla, otra mano en ratón. Poder. Ebrios. Anónimos. Clik. Orgasmo. Y te quedas sin perfil. 


Porque vas de frente. Vas de tetas. Al aire, duras, cachondas y prietas. Algo que una mente flácida es incapaz de soportar. 


3 comentarios:

  1. Muy original tu texto.

    Descubro tu blog, me quedo viéndolo con tu permiso.

    Un beso.

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  2. Estén donde estén las manos, unas tetas siempre son bien recibidas...
    Besos.

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