jueves, 26 de febrero de 2015

Sin riego


Sangre, sin rumbo, en esas venas desordenadas. 
No hay dolor en el filo de unos besos desahuciados de cordura. Es la vida llamando a la puerta con las manos vacías de llaves rotas. Y entonces la música, como no, aliada eterna del corazón desmadejado. Queda tanto por atar, y ayer tiré todas las cuerdas por el retrete. Lloran mis dedos de los pies, no entienden nada; ya nadie les dice como caminar y hacia donde. Todo está demasiado lejos, y tú, tan cerca. Cortaría mis venas si no fuesen de cartón, apenas un papel grueso envuelto en tinta indeleble de eso que llaman amor. Me vacío de todo aquello que no llenas y los latidos se vuelven eternos. La sangre sigue sin llegar, perdida en lo más profundo de mis miedos. Cuanto te quiero. No es suficiente. Hay un lugar en el mundo para cada cosa, acabas de perder el tren que jamás debió pasar.





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2 comentarios:

  1. Tremendamente melancólico y cargado de sentimiento... Aunque triste, muy bonito.
    Aunque no comente, siempre te leo en facebook porque merece la pena leerte.
    Besos.

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  2. Un texto más poético que lo que hasta ahora he leído. Me gusta

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